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Alfredo Del Castillo

Desde mi banquillo

Míster, no acertó con los cambios

 

La Real Sociedad de Eusebio Sacristán se enfrentaba a un Villarreal herido de muerte, dolorido por el rejón que le clavó en todo lo alto la Roma en Europa League. Un 0-4 muy sonrojante para los de Escribá y para toda la su afición. El encuentro en Anoeta era el número 50 de Eusebio como entrenador txuri-urdin. De esos 50, el de La Seca ha ganado en 24 ocasiones, ha empatado en 8 y ha perdido en 18. De ganar a los castellonenses, el ratio de triunfos del míster con la Real hubiera alcanzado el 50%, pero no fue así. Y es que con este equipo amarillo tenemos unas estadísticas no muy buenas. De 14 partidos jugados en nuestra casa ugados en nuestra casa, hemos ganado en dos ocasiones, perdido en siete y empatado en cinco.

Comenzó el encuentro y los dibujos tácticos de ambos equipos fueron los habituales. Si el míster de La Seca apostó por el 1-4-1-4-1, Escribá lo hizo por su habitual 1-4-4-2, con Bakambu y Adrián colocados a los costados de un solitario Illarramendi. Ambos jugaron con las defensas muy adelantadas y con una presión tenue a la salida de pelota. En una jugada a pelota parada en el minuto 2, la tuvo Navas pero su testarazo salió lamiendo el poste de un sorprendido Asenjo. Poco a poco, la Real Sociedad se adueñó del balón y del control del partido ante un equipo visitante muy replegado y muy conservador, con dos líneas de cuatro que defendían muy cerca del balcón de su propia área. Ante semejante repliegue, los picos de la posesión txuri-urdin en este primer acto fueron, por momentos, insultantes.

Casi un 80 % para una Real que combinaba por el medio y realizaba aperturas del balón por los costados, para que tanto Álvaro como Yuri y por delante Vela y Oyarzabal explotaran su velocidad. En este primer tiempo tuvimos mucho el balón, pero los remates a porteria brillaron por su ausencia. Solo la ocasión de Navas, un tiro lejano de Yuri  y una falta alta botada por Vela. Tampoco supimos aprovechar la cantidad de faltas laterales y corners que ejecutamos. Mientras tanto, el Villarreal, replegadísimo y conservador, no llegó en 45 minutos a la portería de Rulli. Ni un tirito a gol.

Tras la vuelta de vestuarios, mas de lo mismo. Hubo un susto en el minuto 50. Un balón que se le escurre de las manos a Rulli en el borde del área grande y Bakambu, solo, dispara fuera altísimo. Escriba metió mas fuerza en zona ancha dando entrada a Rodrigo por Trigueros, y tiró a Adrian al costado derecho. El Villarreal continuaba muy replegado, pero cuando la tenía conseguía ejecutar contragolpes muy peligrosos la defensa realista. La tuvo Juanmi en un remate de cabeza en el primer palo en el minuto 57, pero se fue fuera por poco. También la tuvo el Villarreal en un triple remate con larguero incluido de Bruno.

Ese es el momento en el que el Villarreal ya dio un paso al frente y comenzó a poner en aprietos a los de Eusebio. Un Eusebio que hace el primer cambio en el minuto 66: se va Juanmi y entra Bautista, quedando el dibujo igual. Pienso que era el momento de apostar por un nuevo esquema, un 1-4-4-2. El conjunto de Escribá seguía muy agazapado y cómodo en su balcón del area. Con dos puntas cerca de sus centrales nos hubiera ido mejor.

En los siguientes minutos, con los cambios de Nicola Sansone y Samu Castillejo en el combinado amarillo, Escribá buscó velocidad para llegar al area rival. Y lo consiguió a la perfeccion. La real se mostró mas cansada y mas espesa con el balón en los pies. Lo aprovechó el Villarreal. En una entrada por el costado zurdo de Jaume Costa ante un flojito Vela, el jugador amarillo sacó un centro milimétrico y Samu Castillejo, en el corazón del área y de bolea, batió a un sorprendido Rulli. Anoeta enmudeció.

Resumiendo, Escribá acertó y permitió a su equipo acacabar el partido mucho mejor físicamente. Por parte realista, los aficionadas, y yo personalmente, salimos del campo comentando que hoy Eusebio no acertó en las sustituciones. Que el equipo después de los tres cambios fue un equipo mucho menos intenso, y que las variantes tácticas no existieron. Ahora solo nos queda el manido debate de que si el resultado fue justo o injusto. Pero esto ocurre muchas veces en el fútbol: un gol, saque de centro y se acabó el partido. Un partido en el que Eusebio no realizó ninguna variante táctica, ni acertó en los cambios. Otro dia será.

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Sobre el autor

Entrenador de fútbol y tinerfeño. Ha pasado por multitud de banquillos guipuzcoanos, entrenando a equipos como el Lagun Onak, Beasain o Real Unión, entre otros, antes de recalar en la Real Sociedad en 2001. En el club txuri urdin estuvo nueve temporadas en varias fuciones, como la de ayudante de Periko Alonso o de Gonzalo Arconada.


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