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Asier Manrique

El fotograma

‘Django desencadenado’, explosivo Tarantino

DJANGO DESENCADENADO

Título original: Django Unchained

Año: 2012

Duración: 165 minutos

País: Estados Unidos

DirectorQuentin Tarantino

GuionQuentin Tarantino

FotografíaRobert Richardson

RepartoJamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington,Samuel L. Jackson, Don Johnson, Walton Goggins, Laura Cayouette,Dennis Christopher, M.C. Gainey, James Remar, Michael Parks, Bruce Dern,James Parks, Cooper Huckabee, Doc Duhame, Franco Nero, Quentin Tarantino,James Russo, Jonah Hill, Dana Michelle Gourrier, Sammi Rotibi, Nichole Galicia,Ato Essandoh, David Steen, Amber Tamblyn, Zoe Bell, Russ Tamblyn, Tom Savini,Rex Linn, Lee Horsley y John Jarratt

ProductoraSony Pictures / The Weinstein Company

Género: Western

En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz, un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda, esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie. (FilmAffinity)

No soy un gran conocedor del cine de Quentin Tarantino, ni soy fan de su cine, ni me meto en maratones de sus grandes obras. Llegué a esta ‘Django desencadenado’ tras dejarlo en la lista de películas a ver durante mucho tiempo y tras un largo tiempo de insistencia por parte de mi hermano. Pues bien, aquí va, el turno de Tarantino de debutar en este espacio que ya cuenta con 3 años a sus espaldas.

El western que el cineasta norteamericano dirigió en 2012 se nos presenta como un explosivo espectáculo de casi tres horas en las que apenas se deja respirar al espectador. Un continuado ir y venir de personajes rudos chocando con lo depurado y vivo de los diálogos, marca de la casa del director. Tarantino construye un mundo que toma como punto de partida la relación entre un cazarrecompensas alemán y un esclavo con sed de venganza que ha liberado de las cadenas de su amo.

En este mundo variopinto, tan típico de Quentin Tarantino, damos a parar con un buen puñado de actores que brillan con luz propia en un mundo sombrío y poco apetecible como el oeste americano. Especialmente brillante está un Christoph Waltz (Spectre) que se vuelve el auténtico protagonista de la película, muy por encima del personaje que da nombre a la misma. Las dos primeras secuencias de la película son todo un derroche de saber hacer, fuerza interpretativa y capacidad de captar la atención del espectador con mucha palabra y unos disparos en el momento adecuado.

Frente a la verborrea magnética de ese King Schultz de Christoph Waltz tenemos a un Jamie Foxx de pocas palabras y de imponente presencia. Su dura mirada y su capacidad para adentrarnos en la incontenible sed de venganza de este esclavo poseen al espectador desde el principio. Todos queremos saber qué pasará con él, cómo saldrá de esa y si logrará su objetivo.

Llevando al personaje de Waltz a un nivel mayor nos encontraríamos al de Leonardo DiCaprio. Auténtica lección de actuación del actor de Titanic que mete miedo como negrero desalmado. Igual que ocurre con WaltzDiCaprio tiene la oportunidad de oro de poder demostrar lo mucho que tiene que dar, que para algo es uno de los actores más brillantes que tenemos actualmente.

Llegados a este punto, hay una tónica que se repite una y otra vez: el diálogo. El impresionante guion escrito por Tarantino es el principal atractivo de esta película que en manos de cualquier otro se hubiese vuelto un western arquetípico, sin atractivo alguno y carente de personalidad. Aquí sabemos que estamos viendo una película de Quentin. Los giros de guion, los personajes, los diálogos, las situaciones… todo en ‘Django desencadenado’ respira de Quentin Tarantino. Hay pocos directores capaces de crear cualquier tipo de película y que en todas sea su mano tan reconocible como en este caso.

Aunque como siempre le ocurre a Tarantino, cierta sensación de exceso inunda la pantalla. Hay demasiado en demasiado tiempo, en demasiados escenarios, en demasiados personajes y en demasiado todo. No hay lugar a la mesura y alguno pensará que ese es el gran fuerte de Quentin y su cine, pues también puede ser, pero soy partidario del menos es más.

Finalmente, Tarantino tuvo el valor de revitalizar un género que parece más muerto que otra cosa. La época dorada del western pasó y ahora nos encontramos con alguna que otra joyita puntual, pero nada como lo que hace décadas ocurría. Este ‘Django desencadenado’ va directamente al saco de las películas a recuperar una y otra vez, a esos grandes westerns.

Lo mejor: Un guion espectacular y la capacidad de revitalizar un género “muerto”.

Lo peor: Peca del exceso habitual del propio Tarantino.

8,5

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